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Lencería Isasmendi en Vitoria

Entrevistamos a Raquel Olgueta Isasmedi, propietaria de la Lencería Isasmendi en Vitoria (Álava). Un establecimiento multimarca, especializado en moda íntima y moda baño, fundado en 1967 y que recientemente ha sido remodelado para otorgar el máximo protagonismo al producto y atraer a un público más joven. La experiencia y vocación comercial de Raquel han posicionado esta tienda como referente en la zona.

Con motivo de la remodelación de Lencería Isasmendi en Vitoria (Álava), nos hemos puesto en contacto con su propietaria para conocer su manera de trabajar y conseguir ser un comercio de referencia para los clientes de moda íntima en el País Vasco.

Remodelación e informatización

Lencería Isasmendi dispone de un espacio de 100 metros cuadrados con seis amplios escaparates y cuatro ventanas en la segunda planta. Cuenta además con tres probadores, un almacén y un baño adaptado.

Tras la pérdida de su madre y su tía, Raquel piensa que es el momento de remodelar el establecimiento, y en 2021,empiezan las obras. “Mi idea era conseguir que la tienda fuese más cómoda, con probadores más amplios, sin escaleras y con espacios íntegramente dedicados a destacar el producto”.

Otro de sus objetivos era informatizar el negocio para adaptarse a la nueva realidad del mercado. Raquel Olgueta Isasmendi se puso en contacto con varios profesionales para acometer la remodelación.

“Mi tía comenzó a traer artículos de bisutería y pañuelos muy especiales. También decidió conocer a diferentes proveedores de Barcelona para innovar en su tienda”.

La tienda destaca por su luminosidad y amplitud gracias a una cuidada decoración, dónde el blanco es el gran protagonista en contraste con la madera y detalles en dorado.

Raquel se siente satisfecha con el trabajo realizado por estos profesionales, que han sabido plasmar su idea inicial. Los trabajos se alargaron más de dos meses. “Para mi ese periodo de parón fue muy complicado. Son muchos los gastos fijos y, sin ingresos, ha sido difícil salir adelante”, afirma la propietaria.

Trayectoria de Lencería Isasmendi

Lencería Isasmendi fue fundada por Victoria Isasmendi en 1967. Una mujer valiente y emprendedora que, junto con su hermana Iluminada, creó una tienda que buscó siempre la diferenciación. Un arduo trabajo con el principal objetivo de satisfacer siempre al cliente.

Su sobrina Raquel vivió el negocio familiar desde niña y, tras el fallecimiento de su tía y su madre, da un paso adelante La remodelación de la lencería obedece a su deseo de ofrecer un trato profesional, comodidad y de atraer también a un público más joven.

Vista exterior de uno de los escaparates de Lencería Isasmendi

Los comienzos de nuestra protagonista van unidos a los de su tía, Victoria Isasmendi Gary, el mismo año en que nace Raquel Olgueta Isasmendi . “Mi tía tenía experiencia en el mundo de los licores. Había trabajado durante toda su juventud en la empresa familiar que tenían en Miranda del Ebro (Burgos). Con los años decide dar un giro a su vida y se instala en Vitoria (Álava)”.

Al llegar a la capital del País Vasco, Victoria Isasmendi se pone manos a la obra para hacer realidad su nueva aventura. Después de valorar varias ubicaciones, adquiere un pequeño local. “En un primer momento empieza a vender productos de perfumería, ropa de niño, corsetería y lencería”, comenta Raquel.

La remodelación de la lencería obedece a su deseo de ofrecer un trato profesional, comodidad y de atraer también a un público más joven.

Desde un primer momento su principal objetivo fu diferenciarse y contar con una oferta atractiva y novedosa. Para ello, decidió hacer varios viajes a Italia. “Comenzó a traer artículos de bisutería y pañuelos muy especiales. También decidió conocer a diferentes proveedores de Barcelona para innovar en su tienda”.

Eran unos tiempos en los que la oferta no era tan amplia y variada como en la actualidad. Había que buscarse la vida”, comenta Raquel, quien ensalza la personalidad emprendedora y valiente de su tía. “Una mujer sola que tenía que arriesgar y proponer colecciones novedosas a sus clientes”.

De esta manera, su tía comenzó a centrarse en el sector de la lencería y la corsetería. El éxito de su propuesta, la animó a ampliarla, por lo que el local se quedó pequeño. “En ese momento, decidimos trasladarnos a un local más grande, la tienda que ahora yo regento”. A partir de entonces, decidieron incorporar la moda baño a la oferta de Lencería Isasmendi.

Profesión y tradición

“Desde muy pequeña acudía todos los días y me divertía jugando y ayudando en pequeñas tareas”. De esta manera, poco a poco, Raquel descubrió todos los entresijos del negocio y aprendió de estas dos mujeres emprendedoras.

Con solo 20 años, decidió que ésta era la profesión que quería desarrollar a lo largo de su vida. “Las tres trabajamos codo con codo hasta el año 2020/2021”, explica Raquel, quien en estas fechas perdió a su tía y a su madre.

Hacer sentir bien al cliente

Para Raquel, la principal premisa es que el cliente se sienta cómodo, “tanto si compra, como si no lo hace”. Su público sabe que en Lencería Isasmendi va a encontrar una gran oferta de productos, con variedad de precios. Pero, lo más importante, es que cliente tenga el cliente la libertad de conocer la oferta, ser aconsejado y decidir si el producto le convence, o no.

Lencería Isasmendi está especializada en prendas de capacidad. “Es el segmento de mercado donde más demanda hay. También trabajamos con todo tipo de tallaje”. Raquel considera fundamental disponer de una amplia gama de tallas, copas y contornos en el caso de los sujetadores. “Se trata de prendas que llevamos puestas durante todo el día. Si no te sientes cómoda, terminas arrinconándolas y te quedas con un mal recuerdo. Algo que tratamos de evitar a toda costa”.

El rol del probador

La tienda cuenta con un amplio abanico de marcas de lencería, corsetería y baño. A la hora de seleccionar las propuestas de cada temporada, Raquel tiene claro la importancia del probador. “Es aquí donde descubres realmente lo que hay detrás de cada modelo y marca. Es el probador quién selecciona, en realidad, la oferta. Las marcas que no funcionan… ¡fuera!

Entre las marcas que se comercializan se encuentran Prima Donna, Twist, Felina, Contourelle, Anita, Rosa Faia, Chantelle y Passionata. En moda baño apuestan por Lidea, Xanadu, Anita, Rosa Faia, Antigel y Ory. Cuenta también con complementos de baño, como vestidos o camisolas de Egatex, Señoretta y Mitjans.

Lo más importante, es que cliente tenga el cliente la libertad de conocer la oferta, ser aconsejado y decidir si el producto le convence, o no.

En lencería, las firmas elegidas son Señoretta, Egatex, Barandi, Mitjans, Rosch, Vania y Linclalor.

Otra herramienta irrenunciable para una tienda es el escaparate. “El escaparate no es solo fundamental, sino que es literalmente la carta de presentación del negocio. En nuestro caso, lo hemos cuidado siempre de una forma especial”.

Asesoramiento y el “boca a boca”

El perfil de clientes es muy amplio gracias a las diferentes posibilidades en estilos y tallas que ofrece este establecimiento. “Nuestro público es muy variado, Se encuentra en una franja de edad que abarca desde los 40 y hasta más allá de los 80 años. Son principalmente mujeres a las que les gusta que un profesional les asesore sobre la prenda que mejor se ajusta a su anatomía y a sus necesidades”.

Raquel reconoce la satisfacción que se experimenta con el trabajo bien hecho. “Si las cosas se hacen bien, el boca a boca es la mejor publicidad y funciona de maravilla”.

En este sentido, Raquel recuerda las enseñanzas de su tía, Victoria Isasmendi Garay. “Desde que mi tía comenzó con el negocio hace 55 años, nos inculcó la filosofía de considerar al cliente como lo más importante de nuestra actividad. Yo sigo aplicando esta manera de trabajar, ofreciendo un trato cercano y respetuoso”. Esta profesionalidad es precisamente el factor “que nos diferencia de las grandes superficies, cadenas y multinacionales, donde el principal interés es vender para obtener un beneficio”.

Por último, Raquel afirma: “con esta reforma, además de pensar en mi público habitual, he querido transmitir una imagen de modernidad que busca recuperar a ese cliente más joven. Un consumidor que seguramente percibía Lencería Isasmendi como una tienda para gente mayor y muy clásica”.

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