Zapaterías Bravo Java celebra su 80º aniversario este año. La empresa familiar de referencia en el sector comercial del calzado fue fundada en 1942 por José Bravo. En la actualidad son cinco las zapaterías Java Bravo, tres en Madrid y dos en Barcelona, gestionadas por la tercera generación. Con la irrupción de la pandemia, la empresa se está reinventando y ha reforzado también su tienda online.
Pocos establecimientos pueden presumir de celebrar su 80º aniversario. Es el caso de las zapaterías Bravo Java fundadas por José Bravo quien abrió su primera tienda de calzado en Madrid en 1942. Una apuesta arriesgada pero meditada después de haber adquirido la experiencia necesaria ejerciendo todo tipo de funciones en la Imperial, una de las zapaterías más importantes de la época.
Así lo explica, Jose Carlos Bravo, nieto del fundador. “Cuando alcanzó la máxima categoría posible en la Imperial, decidió probar nuevos desafíos. Es entonces cuando abandona la seguridad de ser un asalariado para crear su propia firma”.
La primera zapatería estaba ubicada en la calle Caballero de Gracia de la capital. “Eran tiempos complicados, en plena posguerra, pero nuestro abuelo era un emprendedor nato. Consiguió posicionarse rápidamente dentro del sector”, recuerdan con orgullo sus cuatro nietos.
Un negocio para tres generaciones
José Bravo transmitió el amor por este negocio a sus dos hijos, Carlos y Ángel. En la actualidad, José Carlos, Carolina, Manus y Ana, nietos e hijos respectivamente, gestionan el negocio.
José Bravo tenía una visión clara y adelantada a su época del negocio que quería regentar. En esa época, la mayoría de las tiendas de calzado tenían las cajas expuestas. Él fue el pionero esconder esas cajas de zapatos en la trastienda para que no estuviesen expuestas a los ojos del público. Convirtió las tiendas en lujosos espacios donde se cuidaban hasta el más mínimo detalle. “Nuestro abuelo quería que la experiencia de compra fuese maravillosa. Su filosofía era que los clientes tuviesen la sensación de estar tomándose una copa en un bar o en un hotel de moda del momento. Esa iniciativa junto al cuidado exquisito del cliente y la calidad de sus zapatos hicieron que la firma se convirtiese en todo un referente dentro del sector del calzado”, narra José Carlos.
“Durante 17 años, las tiendas respondían al nombre de Bravo, pero en 1957 nuestro abuelo José decide emprender un nuevo rumbo bajo el nombre de Bravo Java. Dicho nombre se debe a Bravo por nuestro apellido y Java porque, en ese momento, la isla de Java de Indonesia tenía fama por las pieles que trataban”, explica José Carlos.
Las zapaterías de Madrid están ubicadas en Gran Vía 22, Gran Vía 54 y Claudio Coello 58. En Barcelona se encuentran en Rambla Cataluña, 16 y Rambla de San José 101.
Evolución de las tiendas y la gestión
En las cinco zapaterías de Bravo Java se comercializa calzado para señora y caballero. Ofrecen también cinturones y, en alguna ocasión, complementos como carteras, bolsos o pendientes. En la actualidad son 20 las personas que trabajan en los establecimientos.
En opinión de José Carlos, el éxito y supervivencia durante todos estos años se basa en “haber sabido ofrecer al público un producto de calidad, cómodo y estiloso, a un precio competitivo. Estas son las premisas que nos inculcó nuestro abuelo. Además, el trato exquisito al cliente, así como nuestro personal han contribuido, sin duda, a que sigamos estando en el mercado”.
El equipo directivo de Bravo Java se centra en buscar las mejores marcas que se adapten a su concepto de tiendas y a la demanda de su clientela. El perfil de cliente que acude a Java Bravo es muy variado. Desde jóvenes en torno a los 25 años, cuando se incorporan al mercado laboral, hasta personas de cierta edad. “Nos encanta calzar a las tres generaciones. En nuestra tienda pueden encontrar modelos y estilos para todas las edades, tanto las mujeres como los hombres”, comenta José Carlos.
Personal cualificado y con experiencia
Los propietarios de Bravo Java tienen muy claro que su personal es una de las claves del éxito y continuidad de sus zapaterías. Carlos nos cuenta: “en Bravo Java se cuida cada operación, el trato es exquisito. Sin no contamos con el número o par elegido, se buscan otras alternativas. Queremos que nuestros clientes se sientan especiales y que la experiencia de compra sea única”.
Los escaparates son “un gran dependiente en cada establecimiento”, comenta José Carlos. “Aun así, nosotros invitamos a nuestros clientes a que pasen y se prueben los zapatos. Nuestros zapatos siempre ganan cuando te los pruebas. Cuentan con hormas muy cómodas y a veces las fotos no les hacen justicia”.
El tsunami de la pandemia
Carlos José Bravo define la irrupción del Covid-19 como un tsunami. “La pandemia ha sido terrible y aún lo sigue siendo. Es cierto que la crisis sanitaria ha sido demoledora, pero no menos duro ha sido su impacto económico. Nuestras tiendas físicas han estado más de 2 meses cerradas con el confinamiento. Con la persiana echada, los ingresos han sido nulos”.
“Es cierto que teníamos la tienda online activa, pero nuestras ventas eran mínimas. Así que, en casa confinados, no hacíamos más que darle mil vueltas a la cabeza. Empezamos a estudiar a la competencia. Comprobamos que las ventas online se estaban disparando, mientras que nuestra tienda online no avanzaba”, comenta José Carlos.
Analizaron cuidadosamente los distintos perfiles con éxito de ventas en las redes sociales. “Al comprobar la oferta, llegamos a la conclusión de que no sabíamos cuál era el motivo de la poca actividad de nuestro comercio electrónico”, comenta. La facturación del grupo Bravo Java superaba el millón de euros antes de la llegada de la crisis sanitaria. En menos de dos años, “nuestra facturación ha caído en torno al 65%, un descenso escandaloso”, comenta José Carlos.
Un revulsivo para sobrevivir
La familia tiene claro que, ante semejante situación, solo existían dos opciones: “dejarte arrastrar por el tsunami, o mantenerse a flote como uno pueda. Lo estamos asumiendo como una nueva oportunidad. Hemos tenido que reinventarnos, adaptarnos a los nuevos tiempos, y renacer”, coinciden los cuatro nietos.
“Queríamos llegar a una clientela más joven y potenciar nuestras ventas online. Para ello, consideramos que lo mejor sería dar a conocer nuestra marca y apostar por una buena estrategia de marketing digital que contemplase el tema del SEO, SEM, la publicidad en las redes sociales, actualización de la web y trabajo de contenidos”.
La familia decidió también incrementar su presencia en redes sociales. “En la actualidad, son indispensables para nuestro negocio porque te hacen llegar a nuevos clientes. Las cuidamos y nutrimos con imágenes. Además, grabamos “stories” que publicamos en Instagram hablando de las características de cada par de calzado”.
Estar al día y conocer las últimas tendencias es también una labor habitual en Bravo Java. Para ello, los cuatro primos visitan showrooms y ferias en Milán y Dusseldorf. Opinan que es el momento ideal de contactar con nuevos proveedores.
Los proyectos a medio plazo pasan por “seguir potenciando nuestra venta online y continuar con ese maravilloso legado que nos dejó nuestro abuelo. Este año, nuestra firma cumplirá 80 años y queremos seguir ofreciendo al público un calzado de calidad, cómodo y con diseño a un precio competitivo”. www.bravojava.net